martes, 24 de julio de 2012

Tristitia - Abraham Valdelomar


Mi infancia, que fue dulce, serena, triste y sola,
se deslizó en la paz de una aldea lejana,
entre el manso rumor con que muere una ola
y el tañer doloroso de una vieja campana.

Dábame el mar la nota de su melancolía;
el cielo, la serena quietud de su belleza;
los besos de mi madre, una dulce alegría,
y la muerte del sol, una vaga tristeza.

En la mañana azul, al despertar, sentía
el canto de las olas como una melodía
y luego el soplo denso, perfumado, del mar,
y lo que él me dijera, aún en mi alma persiste;
mi padre era callado y mi madre era triste
y la alegría nadie me la supo enseñar.


sábado, 14 de julio de 2012

Nuevos lances, otros fuegos (Lima, 2007)


Es el título de esta colección de cuentos que reúne a jóvenes narradores de los últimos años. Esta compilación coordinada por Miguel Dante Idelfonso, quien junta a narradores peruanos aparecidos en estos años a través de publicaciones de sus primeros libros o por el reconocimiento de concursos literarios.

Una cicatriz rencorosa, es el título que le otorga a su cuento, Fernando Carrasco, quien inaugura el libro. El fragmento: “Porque la cara es tan sagrada como la madre o la mujer” que nos regala Mario Vargas Llosa en La guerra del fin del mundo inspiro este relato.
Augusto Effio, autor de Lecciones de origami, nos cuenta la historia de la historia de un segundo hermano que se cree defectuoso y que descubre que las presentaciones de libros son el lugar perfecto para hacer dinero; todo esto ocurre en el genial cuento, Un parpadeo de Gene Hackman.
¿Dónde estás Andrea? De David Falcón, nos muestra que la felicidad para algunos puede ser fatal. Con un lenguaje sencillo, nos enseña que por amor se puede renunciar a la felicidad.
Sergio Galarza, publico libros de cuento como, Matacabros(1996), El infierno es un buen lugar(1997) y la Soledad de los aviones(2005). Esta vez nos regala el cuento Velas, que nos narra la vida de una pareja que se sumerge en las discordias.
Al mejor estilo de Julio Cortázar en el cuento Los venenos, Miguel Ildefonso presenta el cuento Silvia, que nos recuerda la inocencia del primer amor en nuestra infancia.
Un futuro caótico en el que un hombre caza personas como si fuesen animales; es el escenario de El francotirador de Alex Iparraguirre.
Gonzalo Málaga nos presenta La isla, un cuento corto que nos muestra a un joven que persigue el sueño de un capitán.
Ezio Neyra, reúne a tres personas disimiles entre sí que trabajan sin descanso con el fin de concluir un proyecto, en el cuento La construcción.
Susanne Noltenius, nos cuenta el recuerdo de la infancia del personaje principal y nos describe a Domitila, la empleada obesa quien ayuda al protagonista a afrontar la muerte de su hermano.
Las telas, es el cuento de Johann Page que nos narra un extraño amor adolecente.
Claudia Ulloa reflexiona sobre el verdadero significado de aquellos depósitos de agua en el cuento Piscina.
Quien cierra la colección es Carlos Yushimito del Valle con su cuento, El mago. En él, un hombre no comprende porque tiene la necesidad de entrar al espectáculo de un mago.

Joel Huaccho

domingo, 8 de julio de 2012

Salón de belleza - Mario Bellatin




Pocos libros que hablan sobre la homosexualidad y el SIDA son tan buenos como este. El cine, la televisión y algunos relatos, acostumbró al lector a l homosexual exagerado que es el alma o la burla del barrio.

Esta novela corta de Mario Bellatin, un mexicano que por circunstancias personales se traslado a Perú donde dio a conocer su obra literaria, nos traslada a la década de los 80 y los inicios del SIDA en la comunidad Gay. La historia de un homosexual sin nombre que  es dueño de un prospero salón de belleza; además de ser aficionado a la crianza de peces (este gusto lo llevara a decorar con peceras su establecimiento) es atacado por una enfermedad que lo consume de a pocos (aunque no precisa el nombre de la enfermedad, se deduce por la descripción de los síntomas que se refiere al SIDA). La perdida de sus compañeros hará que él convierta el salón de belleza en un moridero. Los peces, como los habitantes del salón se van extinguiendo junto con la vida y las esperanzas del dueño.

 El relato, explica en modo de moraleja que la verdadera bondad es la anónima. Con un final inconcluso pero que se predice al instante.





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