miércoles, 17 de octubre de 2012

La vida apresurada


Las  palabras fueron abismos, aquellos agujeros que sin saber nos arrastran hasta lo más hondo de la nada. Sin pensar, sin sentir ya que las cosas a veces llegan sin que uno los espere, y así pasa el tiempo, cruel, sin detenerse y nosotros ya no somos los mismos, los de antes y los de siempre, siempre, siempre.
Pensamos que la vida es el ahora, que el pasado no importa y el futuro es incierto, que los pequeños detalles que día a día nos rodean no nos detenemos a disfrutarlas ya que así llegan los momentos felices y cuando pasan solo vemos atrás y lo dejamos morir como un recuerdo bello, luego deseamos retroceder el tiempo, al darnos cuenta que no podemos, queda en el olvido.
Y así pasa el tiempo y así pasa la vida, donde los segundos no cuentan y las horas pasan volando, veloz y nadie, absolutamente nadie puede detenerlo, pararlo o tan siquiera evitarlo. El reloj, en la muñeca en cada casa y en cada parque, nos impulsan a seguir, a continuar apresurado, convencidos que la vida  es fugaz y que vivir cada momento es ser perfecto.
Cuando envejecemos y vemos atrás afirmando que todo lo pasado fue perfecto, pero eso no es cierto, como dice Sabato, no quiere decir que en el pasado no sucedieron cosas malas si no que nosotros las echamos al olvido.






martes, 18 de septiembre de 2012

Cómo escribir una carta


Antes de todo date un tiempo, pon la mente en blanco y decide la persona a quien quieres escribir, si es una respuesta será más simple. Elije un lugar tranquilo, de preferencia una mesa, la iluminación es importante, si es de día junto a una ventana y si es de noche recomiendo que sea bajo la luz de una vela. El material para escribir es importante, escoge una pluma especial, luego toma una hoja en blanco y enfréntala, no le tengas miedo; algunos no tardan mucho en escribir, otros, como el hombre que quería escribir una carta morirán en el intento. Las primeras palabras son las más difíciles, si no te decides por un hola o un que tal sugiero que comiences con un Te escribo, si no te gusta también se puede empezar con un estimado, de acuerdo a que tipo de carta sea; las hay de negocios, de malas noticias, cartas urgentes, anónimas y algunas de amor. A las cartas de amor no deben faltarle el nombre del ser amado con letra pulcra, tampoco las palabras Te amo, Te extraño e infaltable los besos en tinta.

Cuando termines léela una y otra vez hasta asegurarte que tus palabras son exactas, luego doblarla al gusto hasta que quepa en el sobre que previamente debiste comprar, de preferencia que tenga los bordes de franja roja. Moja los bordes de la tapa, la sellas hasta asegurarte que no se abrirá en el camino, luego, en la cubierta escribes los datos y listo.

Lo que sigue es llevarla al correo o dejarla bajo una puerta.



miércoles, 5 de septiembre de 2012

Fin del mundo del fin - Julio Cortázar


    Como los escribas continuarán, los pocos lectores que en el mundo había van a cambiar de oficio y se pondrán también de escribas. Cada vez más los países serán de escribas y de fábricas de papel y tinta, los escribas de día y las máquinas de noche para imprimir el trabajo de los escribas. Primero las bibliotecas desbordarán de las casas, entonces las municipalidades deciden (ya estamos en la cosa) sacrificar los terrenos de juegos infantiles para ampliar las bibliotecas. Después ceden los teatros, las maternidades, los mataderos, las cantinas, los hospitales. Los pobres aprovechan los libros como ladrillos, los pegan con cemento y hacen paredes de libros y viven en cabañas de libros. Entonces pasa que los libros rebasan las ciudades y entran en los campos, van aplastando los trigales y los campos de girasol, apenas si la dirección de vialidad consigue que las rutas queden despejadas entre dos altísimas paredes de libros. A veces una pared cede y hay espantosas catástrofes automovilísticas. Los escribas trabajan sin tregua porque la humanidad respeta las vocaciones, y los impresores llegan ya a orillas del mar. El presidente de la república habla por teléfono con los presidentes de las repúblicas, y propone inteligentemente precipitar al mar el sobrante de libros, lo cual se cumple al mismo tiempo en todas las costas del mundo. Así los escribas siberianos ven sus impresos precipitados al mar glacial, y los escribas indonesios etcétera. Esto permite a los escribas aumentar su producción, porque en la tierra vuelve a haber espacio para almacenar sus libros. No piensan que el mar tiene fondo, y que en el fondo del mar empiezan a amontonarse los impresos, primero en forma de pasta aglutinante, después en forma de pasta consolidante, y por fin como un piso resistente aunque viscoso que sube diariamente algunos metros y que terminar por llegar a la superficie. Entonces muchas aguas invaden muchas tierras, se produce una nueva distribución de continentes y océanos, y presidentes de diversas repúblicas son sustituidos por lagos y penínsulas, presidentes de otras repúblicas ven abrirse inmensos territorios a sus ambiciones etcétera. El agua marina, puesta con tanta violencia a expandirse, se evapora más que antes, o busca reposo mezclándose con los impresos para formar la pasta aglutinante, al punto que un día los capitanes de los barcos de las grandes rutas advierten que los barcos avanzan lentamente, de treinta nudos bajan a veinte, a quince, y los motores jadean y las hélices se deforman. Por fin todos los barcos se detienen en distintos puntos de los mares, atrapados por la pasta, y los escribas del mundo entero escriben millares de impresos explicando el fenómeno y llenos de una gran alegría. Los presidentes y los capitanes deciden convertir los barcos en islas y casinos, el público va a pie sobre los mares de cartón a las islas y casinos donde orquestas típicas y características amenizan el ambiente climatizado y se baila hasta avanzadas horas de la madrugada. Nuevos impresos se amontonan a orillas del mar, pero es imposible meterlos en la pasta, y así crecen murallas de impresos y nacen montañas a orillas de los antiguos mares. Los escribas comprenden que las fábricas de papel y tinta van a quebrar, y escriben con letra cada vez más menuda, aprovechando hasta los rincones más imperceptibles de cada papel. Cuando se termina la tinta escriben con lápiz etcétera; al terminarse el papel escriben en tablas y baldosas etcétera. Empieza a difundirse la costumbre de intercalar un texto en otro para aprovechar las entrelíneas, o se borra con hojas de afeitar las letras impresas para usar de nuevo el papel. Los escribas trabajan lentamente, pero su número es tan inmenso que los impresos separan ya por completo las tierras de los lechos de los antiguos mares. En la tierra vive precariamente la raza de los escribas, condenada a extinguirse, y en el mar están las islas y los casinos o sea los transatlánticos donde se han refugiado los presidentes de las repúblicas, y donde se celebran grandes fiestas y se cambian mensajes de isla a isla, de presidente a presidente, y de capitán a capitán.



Julio Cortázar, Historias de cronopios y de famas




martes, 24 de julio de 2012

Tristitia - Abraham Valdelomar


Mi infancia, que fue dulce, serena, triste y sola,
se deslizó en la paz de una aldea lejana,
entre el manso rumor con que muere una ola
y el tañer doloroso de una vieja campana.

Dábame el mar la nota de su melancolía;
el cielo, la serena quietud de su belleza;
los besos de mi madre, una dulce alegría,
y la muerte del sol, una vaga tristeza.

En la mañana azul, al despertar, sentía
el canto de las olas como una melodía
y luego el soplo denso, perfumado, del mar,
y lo que él me dijera, aún en mi alma persiste;
mi padre era callado y mi madre era triste
y la alegría nadie me la supo enseñar.


sábado, 14 de julio de 2012

Nuevos lances, otros fuegos (Lima, 2007)


Es el título de esta colección de cuentos que reúne a jóvenes narradores de los últimos años. Esta compilación coordinada por Miguel Dante Idelfonso, quien junta a narradores peruanos aparecidos en estos años a través de publicaciones de sus primeros libros o por el reconocimiento de concursos literarios.

Una cicatriz rencorosa, es el título que le otorga a su cuento, Fernando Carrasco, quien inaugura el libro. El fragmento: “Porque la cara es tan sagrada como la madre o la mujer” que nos regala Mario Vargas Llosa en La guerra del fin del mundo inspiro este relato.
Augusto Effio, autor de Lecciones de origami, nos cuenta la historia de la historia de un segundo hermano que se cree defectuoso y que descubre que las presentaciones de libros son el lugar perfecto para hacer dinero; todo esto ocurre en el genial cuento, Un parpadeo de Gene Hackman.
¿Dónde estás Andrea? De David Falcón, nos muestra que la felicidad para algunos puede ser fatal. Con un lenguaje sencillo, nos enseña que por amor se puede renunciar a la felicidad.
Sergio Galarza, publico libros de cuento como, Matacabros(1996), El infierno es un buen lugar(1997) y la Soledad de los aviones(2005). Esta vez nos regala el cuento Velas, que nos narra la vida de una pareja que se sumerge en las discordias.
Al mejor estilo de Julio Cortázar en el cuento Los venenos, Miguel Ildefonso presenta el cuento Silvia, que nos recuerda la inocencia del primer amor en nuestra infancia.
Un futuro caótico en el que un hombre caza personas como si fuesen animales; es el escenario de El francotirador de Alex Iparraguirre.
Gonzalo Málaga nos presenta La isla, un cuento corto que nos muestra a un joven que persigue el sueño de un capitán.
Ezio Neyra, reúne a tres personas disimiles entre sí que trabajan sin descanso con el fin de concluir un proyecto, en el cuento La construcción.
Susanne Noltenius, nos cuenta el recuerdo de la infancia del personaje principal y nos describe a Domitila, la empleada obesa quien ayuda al protagonista a afrontar la muerte de su hermano.
Las telas, es el cuento de Johann Page que nos narra un extraño amor adolecente.
Claudia Ulloa reflexiona sobre el verdadero significado de aquellos depósitos de agua en el cuento Piscina.
Quien cierra la colección es Carlos Yushimito del Valle con su cuento, El mago. En él, un hombre no comprende porque tiene la necesidad de entrar al espectáculo de un mago.

Joel Huaccho

domingo, 8 de julio de 2012

Salón de belleza - Mario Bellatin




Pocos libros que hablan sobre la homosexualidad y el SIDA son tan buenos como este. El cine, la televisión y algunos relatos, acostumbró al lector a l homosexual exagerado que es el alma o la burla del barrio.

Esta novela corta de Mario Bellatin, un mexicano que por circunstancias personales se traslado a Perú donde dio a conocer su obra literaria, nos traslada a la década de los 80 y los inicios del SIDA en la comunidad Gay. La historia de un homosexual sin nombre que  es dueño de un prospero salón de belleza; además de ser aficionado a la crianza de peces (este gusto lo llevara a decorar con peceras su establecimiento) es atacado por una enfermedad que lo consume de a pocos (aunque no precisa el nombre de la enfermedad, se deduce por la descripción de los síntomas que se refiere al SIDA). La perdida de sus compañeros hará que él convierta el salón de belleza en un moridero. Los peces, como los habitantes del salón se van extinguiendo junto con la vida y las esperanzas del dueño.

 El relato, explica en modo de moraleja que la verdadera bondad es la anónima. Con un final inconcluso pero que se predice al instante.





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miércoles, 27 de junio de 2012

El juego del ángel - Carlos Ruiz Zafón



"Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que él. Un escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma tiene precio."

            El juego del ángel. Carlos Ruiz Zafón







Todos tenemos un sueño y más David Martín (personaje principal en el Juego del ángel) quien de niño perdió a su padre que fue asesinado ante sus ojos. Solo en el mundo, alojado en la redacción de un periódico (La voz de la industria), ahí conocerá a Pedro Vidal un distinguido personaje aristocrático que ayuda al desafortunado huérfano. El gusto por los libros lo llevara a la librería Sempere e hijos donde conocerá a un librero que lo ayudara en sus sueños literarios. La oportunidad llegara cuando el subdirector del periódico, don Basilio Moragas, le propondrá publicar un conjunto de cuentos en el periódico, David, emocionado comienza a redactar y su colección de relatos bautizado con el nombre de Los misterios de Barcelona que se convertirán en un éxito.

La envidia ocasiona que abandone el periódico que lo vio crecer. Pedro Vidal le ayuda a que sea contratado por una nueva editorial que es conducido por dos personajes ambiciosos que no tienen noción ni gusto por los libros. Allí publicara el conjunto de relatos, La ciudad de los malditos, que firma con el seudónimo de Ignatius B. Samson.

Años después agotado y agobiado por una enfermedad que poco apoco lo consume decide abandonar la publicación de La ciudad de los malditos que ya va numerosos tomos y un éxito indiscutible. 

Un tumor en el cerebro amenaza su vida, la joven de la cual está enamorado se aleja y  sus editores lo presionan para que continúe escribiendo La ciudad de los malditos. Es en esas circunstancias cuando recibe la propuesta de un inquietante editor francés (Andreas Corelli) propietario de Ediciones  Lumiére quien le pide que escriba un libro como no se ha escrito jamás, capaz de cambiar vidas. David Martín acepta y es en ese momento su vida da un giro extraño.