miércoles, 27 de junio de 2012

El juego del ángel - Carlos Ruiz Zafón



"Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que él. Un escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma tiene precio."

            El juego del ángel. Carlos Ruiz Zafón







Todos tenemos un sueño y más David Martín (personaje principal en el Juego del ángel) quien de niño perdió a su padre que fue asesinado ante sus ojos. Solo en el mundo, alojado en la redacción de un periódico (La voz de la industria), ahí conocerá a Pedro Vidal un distinguido personaje aristocrático que ayuda al desafortunado huérfano. El gusto por los libros lo llevara a la librería Sempere e hijos donde conocerá a un librero que lo ayudara en sus sueños literarios. La oportunidad llegara cuando el subdirector del periódico, don Basilio Moragas, le propondrá publicar un conjunto de cuentos en el periódico, David, emocionado comienza a redactar y su colección de relatos bautizado con el nombre de Los misterios de Barcelona que se convertirán en un éxito.

La envidia ocasiona que abandone el periódico que lo vio crecer. Pedro Vidal le ayuda a que sea contratado por una nueva editorial que es conducido por dos personajes ambiciosos que no tienen noción ni gusto por los libros. Allí publicara el conjunto de relatos, La ciudad de los malditos, que firma con el seudónimo de Ignatius B. Samson.

Años después agotado y agobiado por una enfermedad que poco apoco lo consume decide abandonar la publicación de La ciudad de los malditos que ya va numerosos tomos y un éxito indiscutible. 

Un tumor en el cerebro amenaza su vida, la joven de la cual está enamorado se aleja y  sus editores lo presionan para que continúe escribiendo La ciudad de los malditos. Es en esas circunstancias cuando recibe la propuesta de un inquietante editor francés (Andreas Corelli) propietario de Ediciones  Lumiére quien le pide que escriba un libro como no se ha escrito jamás, capaz de cambiar vidas. David Martín acepta y es en ese momento su vida da un giro extraño. 


lunes, 18 de junio de 2012

Fragmento (2)




Estaba ahí, viendo sus ojos que tanto amaba, sintiendo su aliento fresco y aquel dulce calor que emanaba. Ella sonríe y me vuelve a mirar como la primera vez. Hace un comentario que no logro entender, asiento y ella sonríe.

La magia del momento se  disuelve, ella desaparece en un instante, solo quedan sus ojos que contemplo por escasos segundos, luego se convierte en nada.

Abro lentamente mis parpados y como siempre, lo primero que veo es aquel techo vacío y pienso que debo de pintar nubes amorfas para no sentirme solo.

El sueño fue tan fuerte, tan real que con el tiempo se convirtió en recuerdo. 

viernes, 15 de junio de 2012

Fragmento




Cierro los ojos, te recuerdo y tengo la esperanza de que al abrirlos estés  allí, no estás me decepciono.
¿Cuándo regresaras?
No quiero que mi espera sea eterna, las cosas que se acaban son mejores.
Sueño, pienso y deseo.…
¿Qué debo de hacer para que vuelvas?
Respiro y vivo del recuerdo, de las cenizas del amor que no se las lleva el viento.…
Las cosas de la vida son simples, pero vivirlas las vuelve complejas

martes, 12 de junio de 2012

El psicoanalista - John Katzenbach

"Feliz 53 cumpleaños, doctor. Bienvenido al primer día de su muerte.
Pertenezco a algún momento de su pasado.
Usted arruino mi vida. Quizá no sepa cómo, por qué o cuándo, pero lo hizo (...)
Arruinó mi vida. Y ahora estoy decidido a arruinar la suya.
Al principio pensé que debería matarlo para ajustar las cuentas, sencillamente. Pero me di cuenta de que eso era demasiado sencillo (...)
Demasiado fácil. Acecharlo y matarlo no habría supuesto ningún desafío. Y, dada la facilidad de ese asesinato, no estaba seguro de que me proporcionara la satisfacción necesaria. He decidido que prefiero que se suicide.
Suicídese, doctor.
(...)
Verá, vamos a jugar a lo siguiente: tiene exactamente quince días, (...) para descubrir quién soy.”


Así comienza la carta anónima que recibe el psicoanalista Frederick Starks, el día que cumple 53 años. Esta amenaza lo obligara a averiguar la identidad del psicópata que lo persigue; para eso tendrá que emplear toda     su astucia y análisis que su profesión le proporciona.

Si no es capaz de resolver el acertijo en 15 días tendrá dos opciones: suicidarse o cargar con la culpa de la muerte de sus familiares.

John Katzenbach nos sumerge en este excelente thriller psicológico que nos obliga a leerlo hasta el final.

A medida que se desarrolla la novela ocurren giros inesperados que por momentos nos llevan al borde de la emoción. Y que nos enseñan a desconfiar del resto ya que el enemigo puede estar en cualquier etapa de nuestra vida.
   






sábado, 9 de junio de 2012

El cazador de dinosaurios - Gabriel Rimachi


El hombre de traje oscuro se acomodó el cabello con un peine y dijo entre suspiros:
 — ¡Ahhh! Amigo mío, yo nací un día en que dios estuvo enfermo, por eso moriré una tarde de aguacero...  — y se alejó murmurando algo, sin despedirse.
Él lo vio alejarse y dijo: " ¡Ah! César, nunca cambiarás... estos poetas, tienen una necesidad tan grande de sufrir  para poder crear, eso no es vida. Ni hablar, yo nací un día que Dios estuvo inspirado". Y continúo su camino.

Es el fragmento de uno de los cuentos de nombre Técnica mixta (210 x 297 mm.).

El cazador de dinosaurios (Altazor, 2009) una antología personal del autor.

«Siento, como autor, que no me corresponde decir cuales son los “mejores” textos que he escrito (…) en todo caso, si creo que esta selección  debería incluir los cuentos que tienen un valor sentimental y personal (…)»

Nos advierte el autor a manera de prologo.

Es una selección extraña, una mezcla de textos que son disimiles entre si y los pocos rasgos que los relacionan son escasos.

Textos narrados en primera, segunda y tercera persona. En algunos casos, Es el personaje quien cuenta su historia, en otras alguien cercano al personaje y en algunos casos el propio autor.

Contiene cuentos que se releen por su calidad, como también, algunos que se leen de un tirón.

La noche de la fea, La noche del campeón y Sin mirara atrás. Cuentos  con contenido erótico, otros poéticos y sensibles como canto al infierno y orquídeas marchitas, llenos de humor como El cazador de dinosaurios.

Técnica mixta (210 x 297 mm.): Junto con El cazador de dinosaurios y Orquídeas marchitas uno de mis preferidos. Al mejor estilo de Woody Allen y su Media noche en París (pero antes), se sumerge en un mundo donde el tiempo  no existe y muchos artistas, escritores se encuentran con los protagonistas.






viernes, 8 de junio de 2012

La muerta - Juan José Millas


Cierto día, un compañero de colegio señaló en la calle a una mujer, diciéndome:
-Mírala, está muerta.
A mí me parecía imposible que una difunta se moviera con aquella naturalidad entre la gente. De hecho, sabía que era mentira, pero resultaba excitante creérselo, así que le seguí el juego. Mi amigo me aseguró que era capaz de distinguir a una mujer muerta entre mil mujeres vivas.
-¿Pero en qué lo notas?
-En nada en concreto y en todo a la vez. Si te fijas, van envueltas como en una burbuja de paredes invisibles. Cuando seas capaz de percibir esa burbuja, aprenderás a distinguirlas.
A los pocos días de esta conversación, iba dando patadas a las piedras por mi calle, cuando vi a una mujer dentro de la burbuja. La burbuja la puse yo seguramente, pero la mujer era completamente real. La seguí con disimulo hasta la Avenida de América, y luego por Francisco Silvela, hasta llegar a una ferretería en la que entró para salir al poco del brazo de un sujeto muy alto, con bigote a lo Clark Gable. El hombre estaba vivo, desde luego, y no trataba a la mujer como a un cadáver. Al contrario, se acercaba a su cuerpo cuanto le era posible, desplazando la pared de la burbuja hacia el otro lado, y le besaba el cuello a través de esa membrana que parecía no detectar. Entraron en un bar que hacía esquina con la calle de Méjico y se comieron un bocadillo de calamares cada uno. Cuando ella alargaba el brazo para tomar de la barra el vaso de cerveza, sacaba la mano de la burbuja sin romperla, del mismo modo que algunos objetos son capaces de penetrar en una pompa de jabón.
Comencé a centrar mi atención en él. Parecía el prototipo de individuo mundano que por entonces yo mismo aspiraba a ser. Una persona con clase, pensaba ingenuamente, debe moverse con la misma naturalidad entre los muertos y los vivos. Aquel hombre actuaba con una soltura increíble y sabía en qué momento tenía que abrocharse o desabrocharse el botón de la chaqueta o pasarse el dedo índice por el extremo del bigote, como para recoger, más que una miga de pan, un pensamiento. Al salir del bar, él la tomó de la cintura y la atrajo hacia sí con tal violencia que la sacó sin darse cuenta de la burbuja. Entonces abandoné la persecución con la idea romántica de que el amor consiste en rescatar al otro de la muerte, y decidí esperar mi oportunidad.
A los pocos meses llegó al barrio una chica nueva, con burbuja. Era muy joven para estar muerta, pero lo consulté con mi amigo y me dijo que las había de todas las edades.
-Una prima mía de tres semanas está muerta también.
-¿Y qué dicen sus padres?
-No lo saben. La mayoría de la gente no ve la burbuja.
Me enamoré como un loco, y, cuando logré reunir el dinero suficiente, la invité a un bocadillo de calamares en el bar de Francisco Silvela esquina a Méjico. Luego intenté acercarme para rescatarla de la burbuja, pero no se dejó. Y al día siguiente, cuando pasé cerca de un grupo en el que se encontraba ella, noté que me señalaba con expresión de burla. Estaba presumiendo de haberme sacado un bocadillo de calamares, que para nosotros era una fortuna. Entonces, pese a mi timidez, me acerqué al grupo y, apuntándole al pecho con el dedo, le dije:
-Estás muerta. No vayas a creerte que no lo sé.
Todas sus amigas se alejaron un poco, como con miedo a contagiarse, y desde entonces arrastró una vida solitaria, que yo tampoco intenté aliviar, aunque me lo pedía con los ojos. Se casó con un muerto de hambre con el que asiste a misa de difuntos todas las semanas. ContinCa en el barrio, y, cuando me acerco por allí, a ver a mis padres, se hace la encontradiza para que la libere de la burbuja en la que sigue atrapada. Pero ahora, aunque quisiera, no podría, porque yo mismo he ido encerrándome durante todos estos años dentro de una membrana transparente y flexible de la que sólo podría rescatarme una mujer viva.


Este relato fue tomado del libro Los objetos nos llaman de Juan José Millas



jueves, 7 de junio de 2012

Un pedazo de ficción se extingue

En un mundo donde la realidad te obliga a cerrar los ojos y soñar. Un hombre se valió del poder de su pluma y toco nuestra mente obligando a imaginar. Ray Bradbury (1920 - 2012) Un escritor que a pesar de ser un visionario y adelantarse a su tiempo se jacto de no utilizar computadora y que considero a Internet solo para el comercio y que ademas afirmaba que en la actualidad existen demasiadas maquinas.

Crónicas marcianas (1950) un conjunto de relatos sobre la colonización del planeta rojo (Marte)  por la humanidad, que provocaría la caída de la civilización marciana. Nos muestra que el ser humano luego de destruir su propio planeta atenta contra uno ajeno.

El hombre ilustrado (1951)  Un ex cirquero que lleva marcado el cuerpo por extrañas ilustraciones que encierran historias del pasado, presente y futuro. Estas marcas trazadas por una bruja que viaja por el tiempo. El escritor mexicano Alberto Ruiz Sanchez dice que "Nada se sabe y nada sucede que no escrito de antemano sobre el cuerpo, pero es muy difícil saber lo que en la piel se lleva."




Fahrenheit 451 (1953)  Novela distópica (antónimo de utópica) que recrea una sociedad  totalitaria dominada por la cultura audiovisual donde los bomberos tienen la misión de quemar libros ya que según el gobierno, leer les impide ser felices. 

Ese gran hombre tejedor de sueños nos dejo un 5 de junio del 2012. Pero aun continua inmortalizado en sus libros, en aquellos relatos que nos deleitan y nos motivan a imaginar y soñar con algún día vivir en Marte.

Espero que se cumpla su ultimo deseo: "Cuando muera, quiero que me cremen, que pongan mis cenizas en un tarro de sopa de tomate !y me entierren en Marte"